Esta plaza debe su nombre al convento de dominicos que en 1578 se instaló en las dependencias de un antiguo convento de agustinos. La arcada que hay sobre la rampa de entrada fue la puerta de la iglesia de los dominicos.
En esta plaza se puede ver también una de las antiguas puertas de la muralla, en el arco que se abre a la calle de la Burriana donde aún hoy se conserva una torre de la antigua muralla que queda escondida en el interior de una casa de la calle.
La Casa Avinyó, una gran casa del siglo XVIII coronada con un escudo nobiliario de la familia Avinyó, domina la plaza.